Cuando pensás en Egipto, seguro se te viene a la mente la esfinge de Gizeh junto a las pirámides y los camellitos, pero en el Mundial de Rusia será mucho más que un tierno paisaje de África, ya que tiene una energía tan contagiosa que vas a caminar "como un egipcio", tal como lo dice el tema rockero de "Bangles".
De por sí tener al Messi egipcio, Mohamed Salah, es un plus increíble y hasta astronómico. El tipo es candidato al Balón de Oro, es el goleador del Liverpool, finalista de la Champions y otros tantos laureatos más, pero la historia de este Egipto de camino a Rusia es mucho más que un mega- star del fútbol.
El Imperio Cúper tiene su comienzo hace casi 25 años, cuando el gran Héctor arrancó a dirigir y tuvo elencos impresionantes como Huracán, el Lanús que empezó a ganar cosas lindas en 1996, el Mallorca de finales del 90 y un Valencia aplanador.
Cúper es un hombre que con los años el fútbol el enseñó más de lo que una persona pasada los sesenta puede aprender: él mismo dice que en los equipos asiáticos y africanos, sus jugadores la tienen clarísima y que entre ellos bancan al compañero a morir, que le señalan quién es el goleador y cuál goza de las mayores virtudes. Con todo ello, el profesor pudo reunir a las mejores piezas e implementar su propio sistema, aunque democrático en escuchar la propuesta de los dirigidos.
De por sí tener al Messi egipcio, Mohamed Salah, es un plus increíble y hasta astronómico. El tipo es candidato al Balón de Oro, es el goleador del Liverpool, finalista de la Champions y otros tantos laureatos más, pero la historia de este Egipto de camino a Rusia es mucho más que un mega- star del fútbol.
Si sos ama de casa, no cazás un corcho del Mundial y lees este posteo, tenés que saber que los egipcios no llegaron de casualité a esta cita, después de 28 años de ausencia. No señora.
El entrenador de esta selección es un argentino, Héctor Cúper, de 62 años y con un recorrido casi tan largo y poderoso como la superficie total de Rusia en kilómetros cuadrados.
El Imperio Cúper tiene su comienzo hace casi 25 años, cuando el gran Héctor arrancó a dirigir y tuvo elencos impresionantes como Huracán, el Lanús que empezó a ganar cosas lindas en 1996, el Mallorca de finales del 90 y un Valencia aplanador.
Después vendrían los caminos del Inter, del Parma, del Betis y de Selecciones como Georgia, equipos de Emiratos Arabes hasta desembarcar en el árido Egipto en 2015: desde entonces el tren no paró y luchó palmo a palmo por lograr su boleto al Mundial.
Cúper es un hombre que con los años el fútbol el enseñó más de lo que una persona pasada los sesenta puede aprender: él mismo dice que en los equipos asiáticos y africanos, sus jugadores la tienen clarísima y que entre ellos bancan al compañero a morir, que le señalan quién es el goleador y cuál goza de las mayores virtudes. Con todo ello, el profesor pudo reunir a las mejores piezas e implementar su propio sistema, aunque democrático en escuchar la propuesta de los dirigidos.
Ahora le espera su primer mundial junto a los Faraones con una comitiva argenta: el mirador Gustavo Siviero y el ayudante de Campo José Fantaguzzi, oriundo de Pergamino, entre las caras más conocidas. ¿Y cuando viene la hora de la verdad? el viernes a las 9 hora argentina en Ekatierimburgo, ante Uruguay.
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